Traté de que el corazón
no me diera explicación
para no derramar
lágrimas en tu honor.
Traté de que la razón
me llevara al buen camino,
ella me presentó al vino
al que agradecido estoy.
Y hoy resulta que ayer
la princesa se hizo reina,
aquel cepillo sin dientes
hoy es el que mejor peina.
Traté de que mis ojos
no te vieran tan lejos,
pero siempre sera así
mi triste porvenir.
Traté de que mi pasión
se perdiera entre el montón,
pero sienpre será igual,
siempre se volverá al primer amor.
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