miércoles, 29 de septiembre de 2010

Una mesa, un par de sillas, una cama y algo que echarle al sartén... Pero no me faltes nunca que aprendí a vivir así, a ya no ser tan idealista y pensar tan solo en ti, pero que no me falte nunca ese beso en las mañanas, que moriré con el humo que se cuela en mi ventana.



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